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El nato y el nonato

24 septiembre 2008

Los niños que nacen por cesárea tienen un 20% más de posibilidades de desarrollar diabetes tipo 1 que aquéllos que vienen al mundo mediante un parto vaginal. En la última década los casos de diabetes tipo 1 han aumentado entre un 15% y un 30%, como en la mayoría de países occidentales. Si en 1998 los partos por cesárea representaban el 18,2% del total, hoy esta cifra se ha disparado hasta el 25,2%. La OMS considera aceptable un 15%.

¿Cesárea? ¿Diabetes? ¿Embarazo? ¿Páncreas? ¿Esto qué es? La diabetes tipo 1 ocurre cuando el sistema inmunológico destruye las células productoras de insulina del páncreas. Una hipótesis sugiere que nacer por cesárea puede afectar al desarrollo del sistema inmune porque los bebés se exponen antes a las bacterias del hospital que a las bacterias maternas. Existe la teoría del exceso de higiene, en la que se baraja la idea de que la falta de exposición a patógenos, como ocurre actualmente en los países occidentales, emboba al sistema inmunológico y lo hace más vulnerable a antígenos propios. Con el parto vaginal, el recién nacido se expone a los gérmenes del canal del parto, vagina, recto, piel materna, genitales externos, etc. Se cree que esa diferencia en la composición de la flora bacteriana del bebé podría incrementar el riesgo de diabetes tipo 1.

Es evidente que no se va a dejar de hacer una cesárea para prevenir la diabetes, pero valorar la consecuencia de hacerla por razones de organización o de comodidad es muy diferente. Parecerá que es una exageración, pero el parto supone un estrés añadido al feto, aunque lo determinante es el estrés del obstetra. No es lo mismo que se programe una intervención con todos los medios, evitando vueltas de cordón, partos de nalgas y otras distocias, que se realice un parto natural, a horas intempestivas, en fines de semana, con posibles desgarros perineales, sin anestesistas o sin tu equipo de confianza. No hay que escandalizarse, la tecnología aumenta y genera ventajas y desventajas. Claro, la madre en lugar de tres días ingresada, está siete, el útero tiene ya una cicatriz, te has metido en el espacio peritoneal y la anestesia es completamente obligatoria, limita en alguna medida el número de partos y casi con seguridad condiciona el segundo embarazo a otra cesárea.

Los costes son muy superiores. Es evidente que, hoy en día, parir en un hospital no es hacerlo en el Ganges, pero los servicios que genera una cesárea son de una mayor complejidad y con un coste netamente superior.
Yo mismo nací por cesárea. En aquellos años las razones fueron diferentes. Mujer primípara. Añosa, bebé demasiado grande, cabezón –lo de cabezota fue después- y un mal trabajo de parto aconsejaron la cesárea. Sí, sí, ya me he dado cuenta de que ya se han enterado que soy primogénito y que se habrán explicado muchas cosas. Pero no se fíen de todo. Aun desconocen mi carta astral.

Ya saben que antes llamaban a la diabetes tipo 1 diabetes juvenil. No es del todo exacto actualmente, pero no parece que si me etiquetan de nuevo, me ofrezcan un reverdecer personal con la 1, más bien sería tipo 2, la diabetes del cebón. Me quedé con la primogenitura y además con el plato de lentejas.

Mi sistema inmunológico debió atontarse menos que otros, aunque pensándolo bien siempre debí sospechar esa relación entre fortaleza y piel femenina, ¿de qué otra manera se puede explicar mi pertinaz conducta de exposición y de riesgo para subsanar el déficit de flora vaginal? ¿Cómo no amar todo lo que ellas tienen de hospitalario? Pero no se apuren, no les voy a contar la primera vez que mojé, ni la última que me sequé, que ahora todas se ponen negras o afroamericanas y tampoco quiero broncas por esto.

No quiero broncas, ni halagos, porque para mérito el de la senegalesa que ha parido de camino a Madrid. Venía de Málaga en AVE y se sintió regular, no puedo decir mal. Se fue a cafetería y parió. El café cortado se lo dejó a medias. En Ciudad Real el tren paró, le dieron compresas nuevas, se cambió y siguió camino a Madrid. Lo normal. El AVE tenía prevista su llegada a las 13:40 pero llegó a las 14 horas. La Oposición ha pedido a la ministra de Fomento que dé cuentas del retraso de los servicios ferroviarios reclamando su comparecencia urgente. Y como demostración de la descoordinación continua entre ministerios en este Gobierno, Bernat Soria ha mostrado su malestar por la injerencia de Magdalena Álvarez en sus competencias “No sabía que también se dedicara al Fomento de la natalidad” ha manifestado enfurruñado. Aguirre por su parte, ha puesto de relieve el abandono de la sanidad andaluza y la migración existente buscando la mejor sanidad madrileña con el siguiente incremento de costes. Como ustedes saben los niños negros no adoptan en color definitivo hasta unos días después de recibir la luz del día. Rajoy, que ha acudido a visitar a la madre y a su hija en su permanente campaña de visita de hospitales, declaró con su sensibilidad habitual por los inmigrantes: «Huy, parece normal, tan blanquita». En nota aparte FAES ha señalado que si por fin el niño es negro, Aznar no se hace responsable. En los próximos días Rouco Varela oficiará un bautizo de Estado con la presencia de los Reyes y del embajador de Senegal.